Maestra Leonor

Nacida el 11 de abril de 1931, natural de la Medianía, Jurisdicción del Municipio Autónomo Píritu. A la edad de 2 años es traída a Clarines por su mamá Carmen Mercedes Velásquez Álvarez y Carmen Celestina, su hermana mayor, quienes como mujeres luchadoras la incentivaron a estudiar y la apoyaron hasta hacerse profesional. Realizó sus estudios de Educación Primaria en la Escuela Graduada Estadal Herrera Toro, ubicada en la calle Comercio diagonal a lo que hoy es el Museo Colonial. Esta Escuela estaba dirigida por la recordada directora Mélida Lugo de Rondón, ubicada en la calle comercio diagonal al museo histórico de Clarines.

Su labor profesional la inició como preceptora de la escuela rural estatal (territorio Delta Amacuro) en la comunidad de Carrizalito kilómetro 85 del municipio Clarines Distrito Bruzual, con una matrícula de 47 alumnos estando entre sus primeros discípulos Luis Carlos Achique y Emerina Castillo. Durante su estadía en dicha escuela logró a través de los organismos estatales la ampliación de la laguna y el inicio del local donde funcionaría la escuela.

Establece su hogar en la calle Carabobo nro. 46. Al lado de su esposo y compañero de toda la vida Sr. Francisco Manuel Guaita Manzano (mejor conocido como el Negro Guaita) quien fue su mano derecha, su gran apoyo en el logro de sus metas. De su unión nacieron 6 hijos: Norma, Francisco, Luis Felipe, Freddy, Clorinda y José Humberto.


Toda su vida familiar, social y laboral transcurrió en Clarines al lado de su familia. Fue una buena madre, hija, hermana y esposa. Amable, sencilla y humilde que disfrutaba mucho de sus viajes y festividades propias del entorno familiar como navidad, cumpleaños y otras celebraciones. De igual forma, disfrutaba del trabajo comunitario. Siempre profesó y llevó en alto su fe cristiana católica y apostólica, la cual fue su gran pasión y dedicó gran parte de su vida, impartiendo catecismo a los niños de la parroquia, rosarios en familia, cruz de mayo, difuntos, viacrucis, novenas, con el propósito de iniciar y mantener el amor y servicio a Dios, según el mandato de Jesús, a su iglesia y a nuestra madre celestial la Virgen María.

Por mucho tiempo fue miembro de la Hermandad del Carmen, Damas Católicas, Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús de la cual fue miembro fundador bajo la dirección sacerdotal de Monseñor Octavio Jaimes (QEPD) párroco de la comunidad en ese momento. Se incorporó también al grupo Las Flores del Campo, integrado por personas de la tercera edad.

Su esfuerzo, dedicación, responsabilidad, espíritu de lucha, abnegación, humildad, paciencia, mística de trabajo, amor al prójimo, entre otros son rasgos que caracterizaron su personalidad e hicieron que en vida se le reconociera su gran valor y mérito personal y humano. La Escuela Cruz de Belén creó un centro de Ciencias bautizado con el nombre de “Leonor de Guaita”. Asimismo, la diócesis de Barcelona la nombró encargada de  las charlas y cursos para bautizos, comunión, confirmación y prematrimoniales en la parroquia San Antonio de Padua.

Obtuvo su título de Maestra de educación primaria el 15 de septiembre de 1963, promoción José Damián Ramírez Labrador, otorgado por el instituto de mejoramiento profesional del magisterio que tenía su sede en la antigua Escuela José Ramón Camejo en la ciudad de Barcelona.

Después de 5 años es trasladada como preceptora de la escuela estadal unitaria número 52 en la cruz de Belén, teniendo como responsabilidad atender tres grados. Ante está difícil situación y con la ayuda de los representantes solicitan a la dirección de Educación el nombramiento de un nuevo maestro, objetivo que gracias al esfuerzo de la maestra y representantes fue logrado En beneficio de la comunidad siendo reubicada la maestra Graciela de Rivas.

Con el paso del tiempo, la comunidad fue creciendo y la capacidad de la escuela no era suficiente para albergar a tantos niños por lo que realizó diligencias ante el presidente del Concejo Municipal Señor Luis Tirado para conseguir la construcción de dos aulas de las cuales una sería ubicada en la vía hacia Maparaca.

Para el año de 1969 fue trasladada sin solicitud ni previo aviso a la escuela de El Guamo y en su lugar nombraron a la maestra Luisa Mercedes Millán y Gertrudis Rodríguez. Ante tal acción que la comunidad calificó como desmejora profesional y comunitaria, su población realizó por solidaridad y a manera de protesta la primera manifestación que consistió en tomar la escuela, impedir el ingreso de los nuevos maestros y no enviar a sus hijos a la escuela sin importar que perdieran un año escolar, hasta tanto no le devolviera a su apreciada maestra.

Las diligencias fueron muchas, oficina del sector, la dirección de Educación, emisoras de radio hasta que sus luchas dieron sus frutos y entre ellos de nuevo estaba su maestra Leonor. La lucha de una comunidad por rescatar su maestra logró la trascendencia de su acción docente despertando el deseo de cualquier institución de tener entre su personal maestros de la calidad humana y profesional, a lo que el director del grupo escolar monseñor Álvarez profesor Jesús Eduardo Gómez ofrecen calidad de mejora ser trasladada al plantel antes mencionado.

Muchos años de trabajo, en el campo, todas las dificultades que para la época se podían presentar veían su fruto en ese traslado el cual estaría a escasos metros de su hogar, un ofrecimiento tentador, pero ante los esfuerzos y demostraciones de gente humilde y sencilla como la de la Cruz de Belén carecía de poco valor, prometiendo a sí misma como a sus alumnos y representantes que entre ellos permanecerá hasta cumplir su labor educativa.

En reconocimiento a su ardua lucha en beneficio de la comunidad es nombrada madrina de la primera promoción de sexto grado de esa escuela. Jubilada en 1977 con 25 años de servicio y 19 en esa localidad donde ejerció como maestra y coordinadora de la escuela estatal concentrada número 52 del núcleo 183, la comunidad se une al júbilo y ofrece reconocimiento, y festejos. Entre sus recuerdos se mantiene fresca la imagen de dos mujeres luchadoras por el bienestar colectivo como lo fueron María rondón y Carmen Elena de Rojas, dignas de mencionar.

El concejo municipal del Distrito Bruzual otorga por 2 años consecutivos la orden Ezequiel Bruzual en su primera y segunda clase por su labor en beneficio de la comunidad. Adicionalmente, recibe reconocimientos de la Junta Parroquial San Antonio de Padua, la Alcaldía de Bruzual, caja de ahorros del Estado Anzoátegui, la Federación Venezolana de Maestros, fundación Aripata, Museo Histórico Clarines, escuela estadal unitaria Cruz de Belén y el Centro de Ciencias y Tecnología de la escuela de Cruz de Belén el cual orgullosamente lleva su nombre. De todos estos reconocimiento de su trayectoria en el campo educativo los que más lleva consigo son las vivencias y recuerdos de esta querida comunidad de cruz de Belén, representantes y de sus alumnos, de ellos han pasado profesionalmente por esta institución: Juan Quiaro, Mariela Mendoza, Isbelia Cupamo, Yanet Carpavire, Isolina León, María de León, entre otros.

Aquellos que en vida trabajaron por su escuela, Mercedes Ron, Silvino Laya, Ramona Manaricuto, Vicenta Virriel, María Rondón, Carmen Lares, Carmen Elena Armas; y quienes aún siguen en la lucha por su comunidad: Isolina León, Mercedes de López (nena), Gladys Silva, Engracia Santoyo, Mercedes Figuera, Celestina Aparicio, Carmen Carpavire, Pedro Campos, Ana Virriel, Maura Tirado, Oscarina Méndez, familias Bolívar y Mendoza y otras más que sería largo de nombrar, de buena calidad trabajadores y de gran corazón. A pesar de que mi enfermedad me impide recordarlos a todos, siempre ocuparán un lugar en mi corazón y en la historia de esta comunidad Cruz de Belén

En el año 1992 la casa de la mujer le otorga un reconocimiento como luchadora en la labor social del pueblo de clarines, asimismo la organización ferias y fiestas dirigidas por José Gregorio ladera le otorgan una placa como colaboradora de las actividades religiosas. Por orden del obispo de la diócesis de Barcelona de ese momento monseñor César Ramón prestó su labor religiosa en las hermanas del Sagrado Corazón de Jesús como catequista de comunión y confirmación y encargada de charlas matrimoniales y religiosas. Su vocación docente siguió viva y también brindó su orientación a los alumnos de las diferentes instituciones de la comunidad que acudían en busca de sus conocimientos y sus orientaciones.

Luego de su jubilación, se dedicó al comercio y mantuvo un local conocido como “Quincallería Leonor”, ubicado en un espacio de su vivienda familiar, y también se mantuvo activa en las actividades religiosas de la parroquia..

Su trato amable, cordial y alegre inspiraba afecto, amor, alegría, fortaleza, respeto a la dignidad humana y caridad ayudando siempre a los más necesitados. Se ganó el aprecio, el respeto y la consideración de familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y todo aquel que la conoció. Esto permitió que antes de su partida le dieran un lugar especial entre las personalidades de interés comunitario. 

Debido a su enfermedad se mantuvo separada de las actividades que tanto le gustaba, enseñar en su comunidad a pesar de ello mantuvo esa actitud entusiasta positiva y de gran apego religioso mientras su enfermedad lo permitió.  El 13 de mayo de 2018 junto a sus hijos, hermanos, nietos y demás familiares celebra con entusiasmo el día de la madre.

Sin pensar que sería el último que celebrarían juntos, asiste a la misa de Fátima en la Capilla Virgen del Valle de nuestra población y recibe la que sería su última comunión de manos del padre José Valiente.

El 14 de mayo lunes luego de despedirse de sus familiares a las 6:30 la sorprende un nuevo evento cerebrovascular más fuerte, y a este otros más que la privaron del habla y de la capacidad motora. Estuvo recluida en una clínica por varios días, dada de alta, pero jamás volvió a ser la misma. Después de 5 meses, entre sus hijos que siempre estuvieron a su lado falleció a las 3 pm de la tarde en su casa que junto a su esposo, con gran esfuerzo y dedicación, construyeron para sus hijos.

Fue muy sentido su deceso y el recuerdo de la nombrada y querida maestra Leonor permanecerá por mucho tiempo en el recuerdo de todos los que la trataron y conocieron.